Tinta Femia: historia, tierra y mar con nombre de mujer


Parras de 200 años

Nadie sabe por qué cuando se creó la Denominación de Origen Rías Baixas en 1988, la Península del Morrazo, con su patrimonio vitícola y una cultura única en torno suyo, quedó fuera de ese mapa; había una revolución en ciernes y mucho dinero detrás.

Con apenas 140 km2, es el hábitat de variedades autóctonas descendientes de una estirpe ancestral, la Caíño Bravo, con la cual la Tinta Femia tiene grado directo de parentesco (El potencial aromático de las variedades de vid cultivadas en Galicia; ed Xunta de Galicia; pag. 27, 28, 29). Se trabajan de tiempo inmemorial en parras bajitas de no más de 60 cm de altura sostenidas por pilotes de granito, muchas de ellas al borde del mar. Las viñas de arena conforman un paisaje conmovedor; hay muchas, no se sabe cuántas, porque el abandono no para y se pierden fundiéndose en el verdor del paisaje. Dinamizan una economía local que alcanza para completar una jubilación. Pero el valor social que genera esta actividad es incalculable. La Tinta Femia es hoy la razón de vivir de unos hombres –jóvenes de entre 60 y 80 años– jubilados del mar y sus mujeres. Lo que les separa del olvido propio y del ajeno, que es otra forma del abandono.

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Top de refranes y dichos gallegos que debes conocer




Galicia es, sin lugar a dudas, tierra de refranes. En casi cualquier conversación cotidiana pueden escucharse estos dichos populares, caracterizados por la agudeza, la retranca y la sabiduría, de la que nuestros mayores son los mejores transmisores.
Además, los refranes gallegos también son un espejo de nuestra filosofía de vida, nuestro sentido del humor o nuestros valores y consejos para afrontar los problemas.

Refranes y dichos que todo gallego ha utilizado alguna vez:



  • Nunca choveu que non escampara”: Es parte ineludible del “vivamos coma galegos” que popularizó la famosa campaña de los supermercados gadis. En tierras húmedas, estamos acostumbrados a que escampe tras la lluvia, por lo que esta expresión es una manera optimista para decir que ningún problema dura para siempre. Algo así como “no hay mal que cien años dure” o “después de la tormenta siempre viene la calma”. En nuestro ADN también está el clásico “¡malo será”.
  • Amigos moi amigos, pero a vaquiña polo que vale”: Sujeto a múltiples variantes, este refrán está enfocado a no dejarse pisar o lo que es lo mismo, no consentir los abusos de confianza, empleando para ello uno de nuestros animales más comunes como metáfora. Es preciso distinguir entre amistades y negocios, reza el dicho. 
  • Mexan por nós e din que chove”: Este refrán crítico y mordaz es un claro ejemplo de nuestra retranca nacional. Se suele usar para describir los engaños, abusos y sometimientos que las instituciones realizan con los ciudadanos, resumiendo la actitud mansa o resignada de la mayoría social, con respecto, por ejemplo a la corrupción o a las injusticias políticas.
  • Xente nova, leña verde, todo é fume”: Este dicho, enunciado generalmente por personas mayores, alude al poco compromiso o palabrería vana -el típico mucho “blabla” o “del dicho al hecho hay un trecho”- por parte de la gente joven.
  • Estar de bon ver”: Una forma popular y sutil, rebosante de retranca, para expresar que una persona ha ganado unos kilitos de más desde la última vez que la has visto. “Quedei coma un pepe” o “comín coma un bispo” son otras expresiones conocidas para verificar que hemos disfrutado como reyes de una comida rica y copiosa. Ya se sabe, aquí todo es “chegar e encher” y en ocasiones “deixar a vergoña do galego” en el plato, referente al último bocado que no se termina.
  • “Outra vaca no millo” -de significado similar a “otro que tal baila” o “ e ti de quén ves sendo?” para saber a qué familia pertenece una persona, algo habitual en los lugares pequeños donde todo el mundo se conoce.
  •  Y para ti, ¿cuáles son tus refranes gallegos favoritos?