Según un reciente estudio de Randstad, España es el segundo país europeo que peor ha gestionado la flexibilidad laboral a la hora de conciliar. La transformación digital de las empresas todavía está verde. Sin embargo, somos los que más han empleado las videollamadas, seguramente debido a la calidez que ofrece esta modalidad de comunicación.
Flexibilidad laboral en España, una asignatura pendiente
Tan solo el 68% de las personas trabajadoras han conseguido flexibilizar su jornada laboral para poder conciliar durante la pandemia. España es el segundo país europeo en el que peor se ha conciliado, solo por detrás de Portugal. Por ejemplo, en Francia han podido flexibilizar la jornada para favorecer la conciliación hasta el 73% de las personas trabajadoras, y en Alemania, hasta el 76%. Fuera de la Eurozona, los países que habrían alcanzado mayores porcentajes serían Argentina, China e India, con el 81%, 84% y 88%, respectivamente.
La diferencia de España frente a todos estos países en cuanto a posibilidades de conciliación gracias a la flexibilidad horaria tiene que ver con el retraso que sufren las empresas españolas en el proceso de transformación digital. El estado de alarma nos ha pillado sin los deberes hechos. Aunque este escenario ha obligado a acelerar el proceso, todavía hay que reforzar muchos puntos dentro de la estructura de las compañías para que se adapten verdaderamente a las formas de trabajo en remoto.
Las mujeres tienen menos oportunidades de conciliar
Resulta sorprendente cómo la mujer tiene menos posibilidades de flexibilizar para conciliar que el hombre. La brecha es pronunciada: el 71,8% de los hombres han podido flexibilizar su horario para conciliar, mientras que tan solo el 64,4% de las mujeres trabajadoras han podido hacer lo mismo.
Llama la atención esta diferencia cuando son las mujeres las que en mayor medida realizan el papel de cuidadoras y, por tanto, son las que más responsabilidades soportan sobre el hogar y la familia. Según datos del Instituto de la Mujer para la Igualdad de Oportunidades, las mujeres dedican al hogar y la familia algo más de 4 horas diarias, mientras que los hombres no llegan a 2 horas por día.
La necesidad de vernos las caras en una videollamada
Un dato curioso del informe es que España es el país europeo que más ha empleado las videollamadas para trabajar durante la pandemia. Hasta un 65% de los trabajadores ha utilizado esta modalidad para comunicarse. Países como Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y Portugal no le siguen de lejos, pues esta herramienta ha sido la que más han usado los responsables para conectarse con sus equipos.
Si hay una buena conexión, la videollamada permite una comunicación más efectiva que otros medios, como el correo electrónico o el teléfono. Ofrece la posibilidad de observar el lenguaje no verbal, se pueden conectar varias personas al mismo tiempo con una gestión de las intervenciones más controlada, permite hablar de imágenes o herramientas que se están visualizando en el momento y, sobre todo, es la que más se parece a la comunicación humana y, por tanto, es mucho más cálida.
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